
En mi noche oscura del alma, donde no hay luz, porque todavía no he visto que estoy en la luz desde siempre, me duelo y lloro y desde mi dolor pido por la renovación de mi alma y de mi espíritu, el desapego del ego y de mis propias miserias que mi impiden ser.
Pido porque mi noche oscura que ya es una noche larga no se convierta en la noche perpetua y mi alma nunca vea más la luz.
Pido para que mi corazón deje de llorar y mis lágrimas se transmuten de lágrimas de dolor en lágrimas de alegría.
Que la luz del Amor de la Diosa abra los ojos de mi alma. Que así sea