En los albores de la humanidad los primitivos habitantes del planeta comprobaron que a partir de un día, (ellos desconocían la razón) el sol fue perdiendo fuerza y horas de luz hasta llegar el invierno en el que los rayos eran sumamente débiles y pensaron que un día, el astro desaparecería y no volvería mas; y temieron por su supervivencia; ellos no sobrevivirían si su luz, así pues, comenzaron a invocarlo pidiendo protección mediante ritos y celebraciones. Y el Fuego fue la antorcha de oración, símbolo de luz y de calor que alumbrando la oscuridad nocturna con la hoguera, atraía el favor del divino logo en la esperanza que los males se alejasen.
Los druidas llamaron a este ritual Alban Heruin. Y cada año en la misma fecha para conmemorar el poder del sol, encendían hogueras y hacían rituales buscando la bendición para las tierras y sus frutos, así como buenos augurios para los enamorados y fertilidad para las mujeres.
En Grecia este día, y coincidiendo con el solsticio de verano, se dedicaba al dios Apolo. Los griegos encendían grandes hogueras de carácter purificador. Los romanos, por su parte, dedicaron a la diosa de la guerra Minerva unas fiestas con fuegos y tenían la costumbre de saltar tres veces sobre las llamas. Ya entonces se atribuían propiedades medicinales a las hierbas recogidas en aquellos días.
Esta tradición se ha continuado a través de los siglos, como si fuera una pauta genética instalada en nuestra cadena de ADN. Veintiún siglos después realizamos en las mismas fechas durante esa noche, todo tipo de rituales relacionados con el fuego purificador que destruye el mal prolongando la vida y concediendo la prosperidad. En esta noche, la luz reina sobre las tinieblas, y desde todos los rincones del planeta se encienden hogueras en las calles, la gente baila y salta por encima del fuego donde se quema todo lo dañino y perjudicial con la esperanza y el sueño de un mañana mejor .
Una vez mas y sin importar de donde surgió la idea ni como la celebración cruzo el océano en uno u otro sentido, nos encontramos con que los pueblos de América tenían rituales muy parejos a las nuestras y con el mismo objetivo.
En México, los guerreros aztecas estaban dedicados al sol y cooperaban con el en la “renovación de los fuegos”. Por su parte los Incas del Perú festejaban, el Inti-Raymi (o la fiesta del Sol) en la impresionante explanada de Sacsahuamán, muy cerca de Cuzco. Justo en el momento de la salida del astro rey, el inca elevaba los brazos y exclamaba: “¡Oh, mi Sol! ¡Oh, mi Sol! Envíanos tu calor, que el frío desaparezca. ¡Oh, mi Sol!”, según cuentan B. Ortega y A. Solares.
Siguiendo con la trayectoria global para los hindúes Indra es el fuego primordial y es adorado de la misma forma y en las mismas fechas. Las cenizas se conservaran por todo un año y algunos de sus habitantes pueden leer el futuro mediante la formas de las llamas de las hogueras.
La Tradición bíblica cuenta que Zacarías recibió en sueños al arcángel Gabriel quien le notifico que iba a tener un hijo, pero nuestro contactado no lo creyó porque su mujer Isabel, era estéril: En castigo Zacarías quedo mudo, hasta el nacimiento de su hijo Juan que sería después el llamado Bautista. En agradecimiento a Dios, Zacarías repartió por el pueblo hogueras de fuego que el mismo saltaba por encima de las llamas mientras recitaba cánticos de bendición al altísimo y anunciaba el nacimiento de su hijo. Y eso es lo que la Iglesia católica conmemora el 24 de Junio, el nacimiento de Juan Bautista.
Pero con cristianismo o sin él, en la Europa mediterránea, nuestros antepasados cuando llegaba el verano hacían limpieza de sus casas a fin de desinfectar de parásitos y alimañas sus hogares. Así pues, el día del solsticio sacaban a la plaza del poblado aquellas pertenencias viejas y deterioradas que se había convertido en inútiles para su uso y mediante un ritual purificador invocaban a sus divinidades, añadiendo hierbas aromáticas a la gran pira de despojos, para que atrajeran salud y prosperidad al pueblo, y una vez todos reunidos en torno a esta enorme falla cósmica prendían fuego mientras cantaban y bailaban en ofrenda generosa a la divinidad del sol.
En otras tradiciones era costumbre entrar en el río o en el mar para purificarse de todas sus faltas y después daban tres vueltas en sentido contrario a las agujas del reloj alrededor de la hoguera para “deshacer el mal” mientras cantaban las odas rituales que los místicos de la época habían creado para la ocasión acompañándose con sus instrumentales. Para completar la fiesta, realizaban un gran banquete, en el que relataban su tradición trasmitida de padres a hijos, recitaban su historia, batallas y logros en forma de poesía y compartían y confraternizaban entre todos ellos sin hacer diferenciaciones.
Hay otras muchas tradiciones de esta noche en el mundo como estas pero son bastantes similares entre ellas.
Entre los beréberes de África del norte (Marruecos y Argelia) durante la fiesta llamada Ansara el 24 de junio, encienden aun hoy en día hogueras que producen un denso humo considerado protector de los campos cultivados. A través del fuego, como si de un sahumerio se tratara purifican los objetos y utensilios más importantes del hogar. Los beréberes las encienden en patios, caminos, campos y encrucijadas y queman plantas aromáticas. Prácticamente ahuman todo, incluso los huertos y las mieses. Saltan siete veces sobre las brasas, pasean las ramas encendidas por el interior de las casas y hasta las acercan a los enfermos para purificar e inmunizar el entorno de todos los males. Lo cierto es que esta costumbre berebere de celebrar el solsticio es preislámica porque se basa en el calendario solar, mientras que el musulmán es lunar.
También es cierto que el solsticio marca el comienzo de una nueva etapa climática que es el verano, época de fructificación de las semillas sembradas en Marzo. Para nuestros ancestros esto significaba “supervivencia de la especie” y lo celebraban agradecidos a la madre naturaleza.
Para nosotros el sol es Luz que vivifica, es la fuerza sanadora, es potencia física, es la energia masculina en su más alta vibración; recordemos que entre los egipcios el sol equivalía al símbolo divino de Dios. Sin el los humanos no podemos sobrevivir. En los arquetipos el sol es la conciencia, mientras que el signo de cáncer, fecha en que se produce el solsticio es el elemento Agua, es la madre, es la energia femenina, es la creatividad y el útero cósmico en donde se gesto la creación y en suma es la Luna.
Así pues ya tenemos los elementos básicos de la magia. Energia masculina de la accion, con la energia femenina lunar interiorizadora del mundo de los deseos. La unión de los polares. El cielo y la Tierra, el hombre y la mujer.
Prendemos fuego en la noche invocando la fuerza regeneradora que llegara con el amanecer del día mas largo del año. Este es el simbolismo del solsticio, la verdadera razón de todas las celebraciones místico-religiosas del mundo en esa fecha.
Si hablamos en términos globales, pensemos el poder que tiene una noche en la que a la misma hora en cualquier parte del planeta los humanos actúan invocando la protección, la luz, y el amor. No importa la hora que marque el reloj en una parte del planeta; a las 12 de la noche en cualquier lugar del mundo se crea una cadena continuada de oración y magia, de ritual y pasiones, de creación y deseos que comienza a medianoche en un extremo del globo y termina 24 horas mas tarde en función del horario solar en el otro extremo. Cualquier cosa que se pida esa noche los efectos seran multiplicados. Independientemente de los poderes ocultos que flotan en el ambiente, la magia esta en el numero de almas invocando desde algún lugar de la Tierra a la Luz que disipa las tinieblas. En esa mágica noche, todo puede suceder son unas horas en las se abren de par en par las invisibles puertas del "otro lado del espejo".
Podríamos hablar de cómo la vibración del fuego hace salir de su escondite a duendes, hadas y elfos en baile de fantasía con dragones, salamandras, y kenders ya sea en castillos encantados, o bosques mágicos, pero la mayoría de nosotros no tenemos acceso a esa visión mientras que si podemos percibir las de nuestro compañero de viaje en confraternización generosa, y mano con mano unidas en un unico deseo, abren las puertas de la armonia y una vez mas el Amor desciende a la tierra. Eso en si mismo ya es de una de una belleza incomparable. La atmósfera se carga de un aliento sobrenatural y es el momento propicio para sentir escalofríos, estremecernos, ilusionarnos y alucinarnos.
Esta noche donde nuestros espíritus palpitan de magia pura, es uno de los momentos del año en el que los corazones se aproximan más generosamente, tanto si se trata de grupo familiar, de amistad, o espiritual, porque hay un objetivo común: la esperanza de un mañana mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario